Soy R.M. Por ahora eso será suficiente.
Estoy al borde del olvido y la muerte y eso es una de las mejores cosas que me puede pasar ahora. Soy un sobreviviente.
Hace años en embarque en una búsqueda y sin respuesta. Y he perdido mucho en el trayecto, amigos, sueños y la cordura.
Todo empezó mientras investigaba la desaparición de un amigo y colega en la ciudad de México. Juarez era su apellido. Me tope con otros que querían encontrar a Juárez por diferentes razones e hicimos equipo. Entonces, entramos a un edificio y fuimos atacados por una criaturas. Que hasta entonces ignoraba que existieran. Escapamos pero surgieron más preguntas y buscamos repuestas. Por ello me enrole en la sobrevivencia y la investigación. Conocí a personas que parecían confiables y me salvaron la vida en más de una ocasión. Trabe pronta amistad con el doctor Shindellgarno. Y Klissman. Había una mujer polifacética de nombre cambiante, un cazador llamado Caín Terranova y un hombre pequeño de mala pinta que también estaba ahí y solo le conocíamos por Blade.
Algunos otros que llegaron y desaparecieron.
Viajamos en la búsqueda de conocimiento y creo que salvamos al mundo. Mi memoria no fue la misma desde que incidente en una ciudad mitica conocida por algunos especialistas de nombre Gharne. Dónde me encontré frente a frente con una criatura que hizo temblar los cimientos de mi cordura. Y apartir de ahí mi memoria se vuelve vacía, vacua, escurridiza. Recuerdo solo algunos trozos. Y no tengo evidencia física de nada de lo ocurrido.
Cánticos, mares, miedo, noche, oscuridad, asesinatos y criaturas imposibles, muertos vivientes, anfibios humanos, cosas monstruosas indescriptibles desde la perspectiva de la vista pero que puedo decir contagiaban un terror mas alla de lo físico, un terror irracional y primitivo.
Poco a poco fuimos contagiados de locura. Y poco a poco nos fuimos perdiendo a nosotros mismos. Prometimos y después las promesas se rompieron disparos, aviones en colisión, misiones suicidas. Libros perdidos y recuperados, malditos y asesinos; guiaron nuestra marcha en más de una ocasión solo puedo recordar con claridad el Necronomico y tentáculos, ojos reptilianos, croares nocturnos, ojos y alas de murciélago batiéndose en mi rostro se volvieron parte habitual de mis pesadillas.
No puedo recordar cuánto duró ese episodio de mi vida ni como pude sobrevivir. Pero siempre existió una voz en mi cabeza aunque también estaba afuera de ella que me hablaba y me orientaba, quizá la consecuencia superior de un universo aburrido y cansado. Llegué a creer a lo largo de los años que otros también la escuchaban.
Otros llegaron. Mis amigos se fueron perdiendo y la voz se fue silenciando. Hoy estoy seguro que alguien más batalla tras las las sombras, pero esas ya no fueron mis batallas. No recuerdo bien que paso con Klissman, Caruros murió, Blade desapareció, Terranova tambien lo hizo y la mujer de nombre cambiante llegó al grado de desaparecer enfrente de mis propios ojos. Yo fui encerrado en un manicomio. Mi mente estaba sobrepoblada, enloquecida. Eso es lo que pasa cuando te adentras a los mitos verdaderos. Cuando compruebas que son reales pierdes el piso y la cordura. Aunque con ello quizá terminen por encontrarme.
Hoy solo me queda desaparecer y agradecer lo vivido. Morir en el olvido y por partes. La memoria me abandona poco a poco y algún día esto será solo letras. Ni siquiera polvo. Y en poco mi cuerpo le seguirá. Si es que los antiguos secretos, los seres milentarios que se esconden en las sombras, de mis recuerdos no me arrebatan el placer de la muerte. Se que al final vendrá Cynothoglys, el dios funerario para llevarme a la oscura, horrible, vacía y eterna casa dónde habita. Y ese quizá sea el verdadero Fin de todo.
Rafael Malti.
04 de octubre 2024.
Hay cosas que es mejor no saber.
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