En los albores del tiempo, en un pequeño quiosco de revistas en una esquina, un grupo elite militares se jugaban la vida contra el grupo terrorista denominado Cobra lidereados por el comandante cuyo rostro siempre está cubierto con una placa o por una sabana.
Los comandos heroicos fueron de las primeras viñetas que me acompañaron. Por la década de los 80's, mientras otros leían pájaro loco, Gasparín o Tom y Jerry, yo leía las aventuras bélicas del ejército estadounidense. Que llegaban a un pueblo donde todo parecía normal y adorable pero era la fachada para la base de los terroristas de cobra. Parecía ser solo una lectura insulsa sin embargo con los años hizo crecer en mi dos cosas: un gusto por las historietas (guión y arte) y por las tramas complicadas. Así como complicado era hacerme de el ejemplar que salía cada quince días en el kiosko de camino a casa.
Poco después aparecieron las figuras de acción. Casi al mismo tiempo llegaron los Joes. Pocos personajes inicialmente y después una explosión de ellos.
Los cuales fueron protagonistas de las múltiples aventuras que tuve una base que sirvió hasta que se acabó. Y la envidia de los amigos de la calle.
Snake eyes, Ripcord, Recondor, Scarlett, Torch, Mutt, Kwink el esquimal, Stalker, Spirit Ironía Knife, Destro, Rock & Roll y muchos otros.
Ataques y contrataques, intriga militar y política, atentados a países ficticios tercermundistas en guerra. Toda una variedad de escenarios completaban las aventuras. Disparos, explosiones y venganzas. Secretos. Y una gran trama.
Horas leyendo las aventuras de los comandos heroicos. Con portadas fantásticas. Y personajes que llegaron a se parte de los héroes convocados. Personajes que llegaron a ser casi de mi familia. Uno más de los participantes de mis primeras letras.
Icono de los ochentas, la franquicia ha sido en varios momentos explotada. Desde que los vaqueros fueron sustituidos por los astronautas y a estos les siguieron los soldados como inspiración por los conflictos bélicos. Fue en este rubro cuando los Joes aparecen en escena.
Miembros de elite que poblaron mi librero y una pequeña mochila de rejas desde mi infancia. Ahora forma parte de el selecto grupo de recuerdos.
Hasta próximos ciclos solares.
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