Finales de los 80's. Homero, mi vecino de a lado. Me prestó un libro de terror. El primero que leería, que que debo admitir no completo y tarde muchísimo. No poseía entonces el hábito de la lectura. Tenía diez años.
Un libro rojo con un diablo en la portada, letras amarillas y el título de Las mejores historias contemporáneas, relatos de twilight zone.
Lo devolví, unos meses más tarde sin terminar, a petición de mi benefactor, tarde años en encontrarme de nuevo con él y con años y el hábito de la lectura desarrollado lo leí de un tirón. Para entonces ya conocía a King, Lovecraft, Bierce y otros. Comenzando mi exploración de la narrativa americana de los ochentas.
Poco a poco el pequeño librero que compre con mis primeros pagos se fue llenado de terror, juegos de rol y otras ficciones.
Unas ediciones de Martinez Roca editores que contenían un universo a veces insinuado en programas televisivos e historias de películas.
Poco a poco y con ayuda fui conociendo otros títulos, y aún más empezaron a llegar a mi. Es más los empecé a buscar. El universo fue colocando volúmenes frente a mi como si de baldosas flotantes se tratarán y así me fui haciendo de estos tomos. El azar, contribuyó a encontrarlos.
Son duda, un buen número de ellos están conmigo sin embargo como olvidar al primero de ellos. Al primer escalón, al primer ladrillo en el muro 🧱. Es como la primera peli o la primera canción que recuerdas. Es único.
Llegaron otros...
Y estoy seguro aquel aún falta. Otros...
Y un saludo a mi vecino de al lado Homero. El primer atlista que conocí. Y quién perdió la batalla hace algunos años contra el virus del 19.
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