Escucho voces, desde mi aposento escucho pisadas que se acercan. La luz de las lámparas insisten en iluminar hacia el interior... Los extraños empiezan a golpear la madera... rompen... quiebran los seguros de mi ataúd. Me miran mientras intento despertar y la estaca entra directo a mi corazón. Muero, otra vez.
Mil veces me han matado, y otras mil he vuelto. Esta no es la última de mis muertes. Es solo otro de mis comienzos.
100 veces he regresado. Y espero seguir haciéndolo.
Publicación 100.
Mil veces me han matado, y otras mil he vuelto. Esta no es la última de mis muertes. Es solo otro de mis comienzos.
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