Café, con alfombra y una sensación de abandono y olvidó. Mi backrooms ha vuelto.
Todo empezó, creo,, cuando en el concierto de Fito escuché por televisión una palabras en idioma que desconozco. Un susurro que imaginé era un problema de audio.
Esa misma noche volví a mi backrooms. Maldito pedazo de mi inconsciente.
Un hombre me decía que estaba vendiendo departamentos y que había otros como él, pero que solo debería buscarlos en ese escenario.
Alfombra, luz ambarina y cortinas color café. Con mampostería de madera y yeso desquebrajado. No bandalizado, pero si deteriorado. A pesar de eso limpio. Sin basura en el suelo. Escaleras descuidadas, la luz del día menguada por las cortinas pardas y polvosas. Puertas. Salidas o entradas. Y la sensación de tristeza e incomodidad.
Y un miedo que empieza a ser mayor. "No quiero quedarme aquí"
Esta vez escuché que hablaba con alguien en susurros y cuando abrí la puerta se habían ido. Y busque a los emisores sin éxito. Se habían marchado. Mi vuelta a la "realidad" fue tranquila. Desperté con dolor de cabeza y un malestar generalizado. Había estado en un backrooms.
Es ahora que recuerdo un sueño de mi infancia donde me deslizaba por una puerta y entraba a una vieja covacha de lámina y tenía esa misma sensación de infinidad. Ventanas rotas y opacas, todas ellas tapiadas, un bullicio y personas afuera esperando que consiguiera algo aunque no he sabido nunca que. Este es de los recuerdos que tengo de sueños cuando niño. (-319)
Ahora que he buscado sobre los backrooms, creo que son sitios en nuestro inconsciente que contiene monstruos de nuestra mente, recuerdos dolorosos, secretos incómodos, verdades ocultas, miedos pueriles y ansiedad. Siempre han existido. Y no solo llegas al "desconectarte de la realidad" sino cuando te conectas con tu verdadera realidad.
Lovecraft escribió basándose en el mundo onirico dónde cosas y criaturas habitaban ¿es, quizá éste, el preámbulo de estos sitios misteriosos o una visita a su propio backrooms?
Todo esto me ha hecho volver a mi propio backrooms.
Tonos pardos y amarillos. ¿Será, acaso, el sueño de Hastur?
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