Me soñé en un calabozo con un gran pozo justo en el centro que pude ver con una pequeña luz orgánica del fondo que evito que cayera por él. Mientras buscaba una salida encontré unas cadenas que brincaban de repente y ajustaban a mis tobillos y un sabor a Montilla, España. Una preocupación me asalto y pude oír, en la lejanía las campanadas de un reloj. Eran las doce.
En mi bolsillo había piezas blancas y perfectas que tintineaban al compás de mi caminar. Un maullido interrumpió el campanar lejano y sentí las baldosas del suelo brincar mientras sangraban.
me incliné y removí las baldosas y encontré una escalera que me condujo a una vieja casa aristocrática de antes, entonces cubierta de vegetación, donde las pisadas despedían un horroroso ruido cada que caminaba. Entonces recordé, Mi caja oblonga... la había olvidado, tendría que volver a las mismas fauces del dragón. ... Mientras que un gran mono reía, si es posible, sujetando un escarabajo dorado... ¡¡¡nunca más!!!
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