El quehacer científico requiere cierto rigor y basarse no solo en la percepción sino en la comprobación y en algunos casos ésta supera a la primera. La percepción es subjetiva, depende del observador mientras que las evidencias son objetivas y permiten aproximarse a una explicación. A modo de introducción, así funciona la ciencia.
Buenos recorridos cósmicos. No es raro que las personas que dedican su tiempo, esfuerzo y cognición a la ciencia en algún momento tengan la inquietud por hacer arte. No es infrecuente que científicos reconocidos, pinten, escriban ficción, toquen algún instrumento musical o incluso esculpan, dibujen o bailen.
Esto puede deberse a la necesidad de equilibrar una balanza interna que mientras está totalmente cargada a lo racional, a lo objetivo y a lo "veraz" exige compensación en el sentido opuesto. La parte de la percepción, emocionalidad y sentimiento. Así la consciencia busca un contrapeso para lidiar con un mundo de evidencias y raciocinio dotándole de gustos y necesidades artísticas. Así decimos que pensamos con el cerebro y sentimos con el corazón...
De lo contrario, si no existiera ese balance, correriamos el peligro de perdernos en las fantasías y las trampas de la percepción o en los laberintos de la racionalización excesiva, en cualquiera de los casos no disfrutaríamos la vida de la misma manera.
Esto permite que ambos hemisferios del cerebro se desarrollen y "convivan" sanamente. Y permite, a su vez, un desarrollo integral, es decir, en múltiples esferas del bienestar humano.
No todo es ciencia, conocimiento y evidencias objetivas... A veces solo hay que dejarse llevar...
..."un dragón no necesita explicación.
Úrsula K.LeGuin
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