El vehículo estaba dispuesta. Todo los controles automáticos activados. No sabía cuan lejos me llevaría esa aventura.habia recorridos miles de millas y aún lo mejor estaba por venir. Tras un breve descanso volví a prepararme.
Tome el pequeño rectangulo y lo abrí, no sin antes llevar a cabo mi pequeña ceremonia-rito, olfatee el contenido, acaricié con verdadero aprecio a aquel que sería mi compañero, vehículo, pretexto y fin.
Cerré los ojos y lo abrí lentamente. Pase rápidamente sus hojas antes de sumergirme en lo que sería mi última expresión.
Después vendrían otras... Pero solo si se lee como si fuera el último puede disfrutarse completamente.
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