Terror.
El terror nacional ha generado muchas obras. De calidad , sin embargo, hemos insistido históricamente en hacer a un lado a los compatriotas y en consumir a los autores extranjero, que si bien hay algunos de garantía calidad también hay algunos "petardos"
Hay, a su vez, un sin número de escritores y escritoras mexicanos que han incursionado en la creación, participación y aportación a los mundos fantasticos y siniestros.
El caso que menciono hoy es el de Amparo Dávila. Escritora zacatecana nacida en 1928 y fallecida en 2020. Autora de cuentos llenos de misterio y de espantos.
La noche eterna de la percepción, se ve ahogada en la desesperación de la soledad y se abraza a la mordida del dolor de estar vivos y de vivir sin esperanza.
Por otro lado la ficción de Amparo es una pintura que se mueve, una historia que fluye como una pincelada en un escenario de México de los años 50, 60.
Diversos textos, como el Huésped nos transportan a un lugar donde el terror esta presente y llega sin ninguna razón en particular o que incluso ya estaba desde antes que llegáramos y con el que se convive diariamente solo falta darse cuenta de ello. Por otro lado La señorita Julia y muerte en el bosque nos llevan de la mano en la relación pensamiento-locura hasta un final fatal, en caminos recorridos con sensibilidad y de manera poética.
Amparito Dávila. Bien puede ser antecedente de Robert Aickman, Mariana Enriquez o Thomas Ligotti. Es un antecedente importante en la literatura mexicana y creo, que en la mundial. Que es una estación obligatoria para cualquiera que guste del terror y lo fantástico a partir de lo extraño.
"Hay textos técnicamente bien escritos, pero que nacen muertos, que no quedan en la memoria de quien los lee"
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