Las estrellas mueren pero brillan por muchísimo tiempo. Dejando una estela de luz que permite disfrutar su existencia hasta que poco a poco se apaga. Sin embargo, no siempre será así, Farrohk Bulsara falleció en 1991, en lo que para algunos era la cima de su carrera aunque, alguien como él, no sabría cuando detenerse. Se le acabó el tiempo, las nuevas generaciones de melómanos reconocen en él al artista y a la que, quizá, sea una de las mejores voces del mundo de la música, mientras sus éxitos siguen sonando en la radio y en las plataformas.
Hoy, hace muchos años (en cuestiones estelares solo se consideran los años luz) Freddie se sublimó. Paso del estado sólido, real y físico a un estado etéreo, de energía máxima y de moléculas espaciadas unidas solo por los acordes de sus canciones. Que le permite llegar a cualquier punto y ¿Por qué no? Estar en dos sitios a la vez.
Siempre compañía para un chico solitario y con miedo del futuro, mientras intentaba dominar las ansias y ganarle tiempo al tiempo. Gracias señor Bulsara. Tengo tanto que agradecerle. Y por supuesto
NO ME DETENDRE AHORA.
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